El fin de semana pasado nos aventamos vía NetFlix: Atlas Shrugged: Part I (2011), adaptación cinematográfica de la novela de Ayn Rand – La rebelión de Atlas (Atlas Shrugged, 1957).
La película fue dirigida por Paul Johansson con los actores Taylor Schilling como Dagny Taggart y Grant Bowler como Hank Rearden.
Debo decir que me dejó enganchado. En principio la temática parece común: negocios, economía, complots e intereses que corrompen. Pero hay 5 cosas clave para seguirle la pista:
- La trama permite poner en evidencia las habilidades de los emprendedores encabezados por los personajes principales.
- Gente que desaparece sin dejar rastro.
- Un personaje misterioso del que sólo se sabe su nombre: John Galt.
- Un revolucionario motor que funciona con electricidad estática.
SINOPSIS:
Atlas Shrugged explora unos Estados Unidos ficticios, colapsados económicamente como un tipo de nueva gran depresión.
En ese contexto, los principales innovadores, gente clave o ciudadanos más productivos de la sociedad comienzan a desaparecer sin explicación. El único común denominador que tienen antes de desaparecer, es un personaje sombrío cuyo rostro no se revela y que se les presenta para hacerles una propuesta. En paralelo los protagonistas se esfuerzan por sobrevivir en sus negocios, por un lado Dagny Taggart con Transcontinental Taggart -el una vez poderoso ferrocarril transcontinental del que ella es CEO- y Hank Rearden (socio de Dagny) cuya empresa diseñó una aleación de acero más fuerte y liviana -que pone en aprietos el status quo de la industria e instituciones. Ambos enfrentan a burócratas del gobierno y empresarios proteccionistas que forman alianzas para mantener su posición de privilegio y saquear a los sectores productivos, ahogando la economía del país y paralizando su infraestructura.
Hay una pregunta que se repite en más de una ocasión y tú tendrás que contestar: ¿Quién es John Galt?
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