El burnout, también conocido como síndrome de agotamiento profesional, es una respuesta crónica al estrés laboral que no ha sido bien gestionado. No se trata solo de estar cansado, sino de un desgaste profundo que afecta tanto la salud mental como física, e incluso la forma en que nos relacionamos con los demás y con nuestro trabajo.
Este fenómeno ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un síndrome relacionado directamente con el contexto laboral. No es una enfermedad mental en sí, pero puede derivar en ansiedad, depresión o aislamiento si no se trata a tiempo.
El burnout se manifiesta principalmente a través de tres pilares fundamentales:
Agotamiento emocional Es la sensación de estar completamente drenado. Te cuesta concentrarte, tomar decisiones simples o incluso levantarte por las mañanas. No importa cuánto duermas, siempre estás cansado. La energía mental, emocional y física está en números rojos.
Despersonalización o cinismo Quienes lo padecen comienzan a ver su trabajo y a las personas a su alrededor con indiferencia o cinismo. Se genera una barrera emocional que los desconecta del entorno, como una forma de autoprotección. Se pierde el sentido de propósito y se empieza a actuar en “piloto automático”.
Disminución del logro o iniciativa personal Es cuando sientes que ya no estás aportando nada. Te percibes como ineficiente, sin motivación ni capacidad para hacer bien las cosas. Las metas que antes te emocionaban ahora te resultan lejanas o irrelevantes.
El burnout no es debilidad ni flojera. Es una señal de que algo en tu entorno o tus hábitos necesita atención. Reconocerlo es el primer paso para sanar. Pedir ayuda, poner límites y priorizar tu bienestar no solo es válido, es necesario.
El Burnout, también conocido como síndrome de agotamiento profesional, es una respuesta crónica al estrés laboral que no ha sido bien gestionado. No se trata solo de estar cansado, sino de un desgaste profundo que afecta tanto la salud mental como física, e incluso la forma en que nos relacionamos con los demás y con nuestro trabajo. Este fenómeno ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un síndrome relacionado directamente con el contexto laboral. No es una enfermedad mental en sí, pero puede derivar en ansiedad, depresión o aislamiento si no se trata a tiempo. El burnout se manifiesta principalmente a través de tres pilares fundamentales: Agotamiento emocional Es la sensación de estar completamente drenado. Te cuesta concentrarte, tomar decisiones simples o incluso levantarte por las mañanas. No importa cuánto duermas, siempre estás cansado. La energía mental, emocional y física está en números rojos. Despersonalización o cinismo Quienes lo padecen comienzan a ver su trabajo y a las personas a su alrededor con indiferencia o cinismo. Se genera una barrera emocional que los desconecta del entorno, como una forma de autoprotección. Se pierde el sentido de propósito y se empieza a actuar en “piloto automático”. Disminución del logro o iniciativa personal Es cuando sientes que ya no estás aportando nada. Te percibes como ineficiente, sin motivación ni capacidad para hacer bien las cosas. Las metas que antes te emocionaban ahora te resultan lejanas o irrelevantes. El burnout no es debilidad ni flojera. Es una señal de que algo en tu entorno o tus hábitos necesita atención. Reconocerlo es el primer paso para sanar. Pedir ayuda, poner límites y priorizar tu bienestar no solo es válido, es necesario. … #burnout